Por fin viernes, y teníamos preparado un mini viaje bastante interesante. Sinceramente no tenía muchas ganas de ir, porque últimamente estoy un poco desganada en general, sólo tengo ganas de volver a España, sentarme en mi brasero, charlar con mis padres, abrazar a mis abuelos, salir con mis amigos... aquí lo llaman "mal de pays". Pero las ansias de viajas me pueden siempre, así que no me pensé el ir a Nancy.
Salimos a las 19.00h porque teníamos que esperar a que los que venían con nosotros salieran de trabajar, pero en hora y media estábamos allí.
Es curioso aquello a lo que los franceses llaman tener un buen piso... (tener 4 paredes parece ser genial), así como curioso me parece tener la costumbre de quitarte los zapatos al entrar a una cosa, aunque haya 20 invitados y haga frío. Realmente yo lo encuentro de mala educación, pero comprendo que es una costumbre; lo que no quita que me parezca extraña y no entienda en absoluto.
Comenzamos la noche en aquella casa, conociendo a más franceses, metiéndonos de lleno en sus costumbres y su estilo de hacer la fiesta. Sobre las 2.00h salimos par buscar una discoteca. Anduvimos no mucho, pero como si camináramos por mitad de la Antártida (-14ºC). La primera discoteca a la que entramos estaba llenísima, así que decimos mudarnos a otra. Allí lo pasamos bastante bien, como siempre, yo no pago nada en este país... pensarán que con eso de la crisis en España... La música en las discotecas no es que digamos muy buena, con decir que una de las canciones que sonaron fue "volaré, cantaré" y que todo el mundo bailaba intensamente... A eso de las 5.00h nos marchamos.
A las 11.00h o así estaba ya despierta porque estaba deseando visitar la ciudad, pero como veía que no se despertaban, estuve dando cabezazos hasta las 13.00h por lo menos. Tranquilamente (como acostumbran los franceses) nos vestimos, recogimos todas nuestras cosas y salimos.
Fuimos en coche al centro de la ciudad para visitarla un poco, aunque realmente, el frío sólo nos ha dejado visitar la plaza de Stanislas, porque el frío, hacía mucho daño en las manos y en los pies. Gracias a dios que hacía sol para que la visita no fuera tan triste, porque yo estoy casi segura ya, de que a España vuelvo al menos con un dedo menos... pierdo algún fijo a causa del frío...
Esta plaza era la "Antigua plaza real Luis XV", es considerada la plaza real más bella de Europa. Hasta mediados del siglo XVII, una amplia explanada separaba la Ciudad Antigua de la Ciudad Nueva de Nancy. Stanislas Leczinski, antiguo rey de Polonia, al convertirse en duque de Lorena en 1737 proyectó establecer en este lugar una plaza destinada a honrar y glorificar a su yerno, el rey de Francia Luis XV.
Con estas fotos os podéis hacer una idea del frío que hacía. Hace ya unos días que nevó, y aún había nieve en el suelo y evidentemente, las fuentes reflejan que la ola de frío lleva con nosotros más de un día y más de dos.
A mí realmente no me gusta mucho este tipo de arquitectura, pero la verdad que me ha impresionado bastante la plaza, me ha gustado mucho y me ha hecho pensar en el verano y en lo viendo que se debe estar ahí; si esto lo pilláramos en España ya teníamos ahí montadas nuestras terracitas y los menús a precio turista. La plaza hace un contraste muy bonito con respecto al resto de Nancy, porque por lo poquito que he podido ver, adivino que se trata de una ciudad moderna y cosmopolita, vamos, una de esas en las que a mí no me importaría vivir en absoluto.
Después del frío mortal ese que hemos pasado, hemos ido a casa de la abuela de una de las amigas que nos acompañaban en el viaje, y la verdad que ha sido a penas media hora y que puede parecer una tontería, pero para mí ha sido algo bastante emotivo; he pensado mucho en mi familia mientras estaba allí y me ha provocado echarlos de menos intensamente, tan intensamente que seguro que hasta lo han sentido (pero bueno, en 13 días estaré abrazando a unos pocos). Además, eso sí que ha sido un contacto con la Francia profunda: un pueblo súper pequeñito y muy muy viejo... allí vivía "mami", la abuela de nuestra nueva amiga Clara.
El camino de vuelta me ha gustado mucho, tonterías como ver a los pájaros al atardecer sobre un canal totalmente congelado, me emocionan bastante... (cosas de personajooo)
No mucho más por el momento, y teniendo en cuenta de que me da mucha pereza escribir, pero que cuando lo hago no puedo parar: à demain!